James Evans, sociólogo de la University of Chicago, publica esta semana en Science el resultado de un estudio según el cual a medida que se dispone de más revistas en línea, se cita un menor número de artículos y cada vez se citan más sólo los modernos. En vez de crecer, la "larga cola" se acorta.
Evans basó su análisis en el WoS de Thomson. Para cada artículo calculó el promedio de edad de los artículos citados como referencias. A continuación calculó, para cada uno de los artículos citados, el número de números anteriores de la revista que estaban disponibles en la Web en el momento en que fue citado, y calculó también el promedio. Por último buscó correlaciones entre los dos promedios.
Descubrió que por cada año número anterior adicional disponible en línea de una revista, la edad media de los artículos citados de la misma se reducía en un mes. También encontró que una vez una revista es puesta online, disminuye el número de documentos que reciben alguna cita. De hecho predice que según están las cosas hoy, cinco años suplementarios de disponibilidad en línea provocarán una abrupta caída en el número de artículos que reciben una o más citas: de 600 a 200 al año. En lugar de medir la longitud de la cola, parece que la ciencia moderna se centra sólo en un trocito de ella.
La razón de este comportamiento es poco clara. No parece tener nada que ver con los costes, pues ocurre lo mismo tanto con las revistas de pago como con las que son gratis. Una explicación podría ser que antes, con menos títulos, y con revistas impresas en las que costaba encontrar las cosas, los lectores se veían obligados al menos a dar un somero vistazo a los trabajos no inmediatamente relacionadas con su tema, así como a los números más antiguos. Incluso el mero acto de hojear las páginas de un documento les permitía encontrar otras "joyas" inesperadas. Esto pudo haber llevado a la gente a hacer comparaciones más amplias para integrar los resultados obtenidos en sus investigaciones.
Aún no está claro si este cambio es para bien o para mal. La búsqueda electrónica significa que es probable que no quede ningún artículo sin poder ser leído; pero aumentando tanto la "pertinencia" se corre el riesgo de reducir la fertilización cruzada de ideas que a veces lleva a grandes avances inesperados. Recordemos aquella definición: "un experto es alguien que cada vez sabe más y más sobre menos y menos hasta que, finalmente, sabe todo sobre nada". Sería irónico si ese es el tipo de especialización que la WWW está creando.
Nota de The Economist traducida por Tomàs Baiget.
Comentario: Esto mismo ya se dijo cuando se pudieron hacer búsquedas online en bases de datos allá por los 80s. Ahora está ocurriendo más gracias a la inmediatez de los artículos de revista en texto completo, que satisfacen antes las necesidades (y las posibilidades de digerir). Efectivamente, algo debe haber de disminución de serendipidad con el aumento de la eficiencia de búsqueda...
Nota original: http://www.economist.com/science/displaystory.cfm?story_id=11745514 Artículo completo en Science (de pago): "Electronic publication and the narrowing of science and scholarship" http://www.sciencemag.org/cgi/content/short/321/5887/395
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